viernes, 31 de agosto de 2012

You're not rid of me

Con esta ya van dos entradas dedicadas a Polly Jean, aka PJ Harvey.

Hace pocos días vino la noticia que vino de Córdoba, o de Huelva, no sé, la noticia de los restos de aquellos dos niños. Una noticia así ocupa espacio y tiempo en tu cabeza. Pienso cosas, recuerdo cosas. Una cosa a la que me llevó mi cabeza es al recuerdo de esta canción de PJ Harvey. Quizá por eso puse una entrada con PJ esos días, aunque no puse la canción por la que me había acordado de ella.

A PJ siempre le han preguntado una y otra vez por las letras de sus primeros discos y por su vida privada de aquella época para intentar relacionar su vida con sus letras, que despertaron mucho interés. Ella siempre ha respondido que ninguna canción suya es autobiográfica, excepto por la canción que traigo a esta entrada.

Y esta es la canción por la que más le han preguntado. Ella es evasiva en sus respuestas pero sí respondió al menos una vez, como disculpándose, que hizo esta canción en el momento en el que más enferma estuvo de su vida (exactamente respondió “I was at my illest” y que estaba casi psicótica).

PJ tuvo un éxito inmediato desde su primer disco y la prensa estaba muy interesada en ella. No los tabloides sensacionalistas, sino la prensa musical y al poco tiempo también la prensa seria y no hay más que bucear en la web y ver las entrevistas que le hacían en la prensa seria preguntándole por su vida privada. 

Tanta prensa interesada en tu vida, pues al final la historia es conocida: PJ tuvo una ruptura sentimental a finales de 1991 que la dejó tocada. No significa lo mismo la canción si sabes que es ella interpretándose a sí misma que si no lo sabes, porque en la canción la cantante repite obsesivamente sus pensamientos sobre las cosas que le hará al exnovio que la ha abandonado, como que le retorcerá el cuello o no sé qué hasta que desee no haber conocido nunca a su nueva novia (“till you say don't you wish you never never met her? don't you don't you wish you never never met her?”). Y repite obesivamente “no te has librado de mí, no te has librado de mí” (“you're not rid of me”).

Bueno, no es lo mismo pecar de pensamiento que pasar a la acción. Y desde luego mejor hacer una canción que matar a alguien.

Algunas de las letras de los primeros discos de PJ Harvey son tontas e inmaduras. Tenemos que agradecer a PJ que no las tirara a la basura y que incluso les pusiera su música más electrizante. No hay más que ver las interpretaciones que PJ hacía de esta canción 8 años después, cuando ya era una chica de 31 años y no una de 23. La canción tenía aún más fuerza 8 años después, cuando aquella experiencia afortunadamente ya era pasado.

Pongo cuatro interpretaciones de PJ de esta canción por orden cronológico inverso, porque me gustan más las interpretaciones más recientes.